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martes, 6 de diciembre de 2011

Por primera vez, hablan los Templarios, protagonistas del Código da Vinci




Vivieron en el ostracismo 684 años. El Código da Vinci y
la aparición de un documento secreto los regresó a la vida.
Por primera vez, Antonio Paris, maestre templario italiano,
habla con un medio sobre los misterios de la organización
y del rol argentino dentro de ella.
Exclusivo de Infobae.com
Si el tiempo se encarga de impartir la verdadera justicia,
 podría asegurarse que los miembros de la Orden del
Temple desarrollaron una paciencia digna de envidia
a lo largo de 684 años.


El silencio se quebró recién este año gracias al actual maestre
de la Orden Soberana y Militar del Temple del Jerusalén,
el italiano Antonio Paris, quien rodeado de las máximas
autoridades de la institución aceptó una entrevista
exclusiva con Infobae.com. 

Paris representa a unos dos mil miembros (“aproximadamente”)
 con los que cuenta en la actualidad la orden fundada
 en 1119 por un grupo de caballeros devotos de Dios
y dispuesto a llevar una vida apegada a las reglas cristianas.
Y consagrados a la lucha por preservar los valores y
 tesoros de Jesús, entre ellos el Santo Sudario y el
Santo Grial. Los Templarios fueron una orden espiritual
y también un ejército medieval con una doble misión:
luchar como cruzados contra los infieles musulmanes
y resguardar las fortunas de otros príncipes y señores
del medioevo que se aventuraban en la misma guerra.

Los templarios –para quienes no leyeron el best seller
El Código da Vinci- vestían cruces rojas sobre un manto
blanco y fueron hasta 1307 una organización militar
cristiana que desarrolló un poder político y económico
lo suficientemente grande para hacer temblar las
estructuras de los gobiernos de Europa y
del propio Vaticano.


Dueños de conocimientos científicos de avanzada,
aseguran que el propio Cristóbal Colón llegó a
América gracias a mapas que los Templarios habían
 trazado luego de su propio desembarco en las tierras,
cuyo descubrimiento se le adjudica al almirante
genovés desde 1492.

También dicen ser quienes desarrollaron lo que hoy
conocemos como bancos, cheques y tarjetas de
crédito, y los pioneros de lo que en la actualidad
se llama Comunidad Económica Europea.

Pasaron a la clandestinidad en 1318 cuando el
entonces rey de Francia Felipe el Hermoso –
uno de los principales deudores de la Orden-
firmó la detención, tortura y posterior quema
en la hoguera de decenas de templarios a partir
de una acusación contra la que nada podían hacer.
 Los monjes de la orden fueron hallados culpables
de esoterismo, herejía y de incurrir en el “pecado
nefando”, es decir, de practicar la homosexualidad.
 Un delito que se pagaba con la hoguera,
como informa, entre otros, el escritor Osvaldo Bazán
 en "Historia de la Homosexualidad en la Argentina".

El papa Clemente V, según se conocía hasta ahora,
también había firmado un decreto vaticano para la
disolución de una orden, que hasta entonces
respondía directamente a sus decisiones.
En efecto, la Orden del Temple se había convertido
 en un Estado dentro de otros estados y debido a la
 masa de efectivo con la que contaban eran
una amenaza permanente.

Pero quizá el lado más atractivo para los neófitos
del culto es el que quedó ligado al esoterismo, a
los rituales sagrados, el ocultismo y el cuidado de
 tesoros místicos como la copa en la que Jesús
convidó su sangre a los discípulos de la última
cena, el manto con el que quedó grabado su rostro
 antes de morir crucificado y algunos evangelios que
habrían sido escritos por su propia mano.

-¿Por qué decidieron romper un silencio de
 tanto años ante un medio de 
comunicación masivo?-
Diremos que hay una suerte de aparición pública de
la Orden a raíz del descubrimiento de un documento
vaticano donde el Papa Clemente V, quien en 1318
 condenó a la Orden, firmó su perdón-
explica Antonio Paris.

El revelador documento fue hallado, según Paris,
el 13 de septiembre del 2002 por la investigadora
norteamericana ante el Vaticano Bárbara Frey, y
lo que tiene de especial es que le devuelve
a los templarios su vida pública.

De acuerdo al máximo jefe de la Orden del Temple,
la Argentina tuvo un papel protagónico en el aquel
día histórico: “Uno de los que vio el documento en
el acto de apertura del archivo fue
el Prior Horacio
de la Torre, la máxima autoridad argentina y
con muy buena relación con el Vaticano”.

El país también cuenta con otro hito dentro de la Orden
como el de tener la Primera Dama Templaria de
 Latinoamérica, Pilar Beremberg.

-Es de suponer que eso ocurrió luego del 
reconocimiento de Juan Pablo II...-
No. Oficialmente no ha ocurrido nada, pero lo fundamental
 es que ya no tiene razón de ser la suspensión de la Orden.
 Creíamos que habíamos sido exonerados en el aspecto
 religioso, de hecho Clemente V suspendió a la Orden en
 su parte monacal, pero también en ese mismo año se
 contradijo. Hasta la aparición del documento la Orden
siguió trabajando en lo que hace a los Caballeros.

En términos históricos, que los Caballeros del Temple
recuperen su prestigio monacal significa volver a ocupar
 un lugar dentro de la Iglesia de Roma. Algo que no deja
 de provocar comezón en la alta curia.

Si bien aseguran que la Orden es cristiana y entre sus
miembros hay tanto católicos como protestantes,
lo cierto es que los primeros integran el 90 por ciento
del grupo que por el año 1300 hizo temblar
 el poder europeo.

-Si no están reconocidos aún por el Vaticano, 
¿por qué tanta algarabía?
Oficialmente no fuimos reconocidos, pero este documento
existe y ahora la comunidad científica de todo el mundo
lo sabe, tenemos una prueba. Los únicos que fueron
 admitidos para mirar este documento fuimos nosotros,
con delegaciones de la Argentina, Francia, Italia,
España y Portugal. Esto es de grandísima importancia.

-¿Por qué, qué no han hecho hasta ahora?
-La Orden ha tenido varias funciones. Hay mucho de
rescate de todo lo que es el estudio de la orden medieval.
En los siglos XI y XII la Orden dejó muchas enseñanzas
en materia de economía, literatura y sociología.
Las cruzadas fueron un ir y venir de conocimiento,
la gente sólo recuerda la parte militar, pero todo
el conocimiento de los árabes de geometría, arquitectura
 y alquimia, entre otras materias, fueron llevados por los
 templarios de Oriente a Occidente, hay un montón de
 antecedentes que fueron aportados por los templarios y
que a raíz de eventos políticos fueron escondidos
y no atribuidos a ellos.

Paris se apura en aclarar que los templarios modernos
tienen tres objetivos, “uno espiritual, otro cultural y el
 último de caridad y solidaridad”.

-¿Cómo los llevan a la práctica?-
Sobre el tercer objetivo tenemos una idea particular:
 no trabajamos para resolver en pesos los problemas
de la sociedad actual. Creemos que es limosna que no
estamos interesados en dar. Nuestro objetivo es ayudar
con la solución de un pequeño problemas. Por ejemplo,
el Priorato de España ayuda a un hospital en África.
 No ayuda a todos, ayuda a uno con los elementos
 necesarios para ese hospital y sostiene esa ayuda.
 El Priorato de Italia tiene una casa de niños que se llama
La Casa de los Pobres en donde resuelve el problema
de la comida, el vestido, los medicamentos y el dinero,
en la forma que podemos. En la Argentina, el Priorato
 (cuyo titular es el Prior Carlos Lacú-Puyou) le llevó
agua corriente a los indios Wichís y tiene varias
escuelas que, en concreto, les manda materiales.
Pero no queremos hacer publicidad de esto,
queremos apostar al futuro, queremos apostar a
cosas que se puedan transformar. En Nápoles,
 por ejemplo, hay médicos creyentes que están
en contacto con gente que no tiene medios para ser
atendidos.

-¿Cuál es la tendencia religiosa que tiene la orden?-
Queremos dejar en claro que somos una orden laica pero
cristiana, muy mariana, no somos ninguna secta o estamos
 impulsados por una visión divina. Somos caballeros,
 rescatamos los valores de la caballería espiritual, todo lo
 que es la filantropía y el bien a nuestros hermanos.
En la Argentina hemos sido un poco los iniciadores,
desde aquí se han formado los prioratos de Colombia,
Chile, Paraguay, Brasil y Uruguay, y esta es la primera vez
 que viene un gran maestre a Latinoamérica.
 Por eso la importancia de esta visita.

Las aceitadas relaciones que la Iglesia local tiene con
 el actual gobierno vaticano también resulta de interés
para este grupo que, según algunos de sus historiadores
, desembarcó en la Argentina mucho antes de la llegada
 de los españoles (ver nota relacionada).

Fiel a su espíritu cruzado, la Orden también se encuentra
hoy en expansión por toda Latinoamérica. “Nuestros
 hermanos –revela el líder- están trabajando para llevar
el trabajo templario a Perú, Ecuador, El Salvador,
México y Venezuela.

-¿La gente puede acercarse a la Orden?-
No hay problema mientras cumplan los requisitos
y los valores que tenemos. Nosotros no salimos
a buscar gente o hacer propaganda. En cada país
hay posibilidades de ingresar, para ello se necesita
ser un buen cristiano, conocer la historia del Temple
 y compartir la enseñanza de nuestro señor Jesucristo.

-Hablo de acercarse a pedir ayuda, por ejemplo,
 económica, teniendo en cuenta las necesidades 
de las poblaciones de esta parte del mundo...
-Para ayudar tenemos medios limitados.

-La Orden surge con poder militar, 
¿cómo lo implementan ahora?-
Cambiamos la espada por la palabra. Pero defendemos
 la fe y los principios morales sin una armadura.
Es un símbolo de nuestra fuerza y voluntad de defender
el cristianismo y todo lo que es la preparación del nuevo
 hombre. Siempre buscando el camino hacia la mayor
 espiritualidad y acercarnos a Dios.

El Código da Vinci 

El escritor Dan Brown basó su exitosa novela
El Código da Vinci en dos ejes de fundamental
importancia para la Orden Templaria:
sus trabajos para codificar
los escondites de los tesoros cristianos y la
vinculación non sancta con la Iglesia Católica
desde el punto de vista económico.

El líder de los Templarios dice que el libro “es una
excelente novela que no se ajusta a la realidad y que
ayudó a que mucha gente piense que alrededor de los
 templarios hay miles de secretos, cosas ocultas y
oscuras. Que hay serpientes, que estamos vinculados
con la masonería y no sé cuántas cosas más que no
son ciertas”.

-¿Qué es cierto dentro de la Orden?
-Primero, que la Orden no es puramente católica, el Prior
de Inglaterra es anglicano, el de Australia es bautista;
en Rusia, es ortodoxo; aquí está el capellán del
Consejo Magistral, que es un arzobispo ortodoxo.
En cuanto al Código da Vinci, lo primero que hay que
decir es que habla de cosas que ya habían sido t
ratadas antes y las da como ciertas, como por ejemplo
los Evangelios de María Magdalena, y que Jesús tenía
 hijos y estaba casado. Mucho de lo que escribe el autor
 fue copiado de un manuscrito de la biblioteca de
París escrito en 1920. Es un documento actual y lo que
dice Brown fue dicho antes por unos reporteros de
 la BBC de Londres que tomaron un supuesto manuscrito
 y lo publicaron. Lincoln, uno de los autores, aclara que
él escribió en condicional y lo tiró como una teoría.
En la última edición sacaron esas partes, que
dicen que está probado.

-Pero el libro no deja a la Orden mal parada sino a la Iglesia...
-Sí, pero no dice la verdad.

-La Orden termina siendo eliminada por un tema de 
poder y porque su poderío económico le hacía 
sombra al poder político de la época...
-Es cierto. Y también es cierto que el peor enemigo de la
 Orden fue la Orden misma. Era un estado dentro del Estado.
Los temas económicos y financieros eran muy importantes
 y decidían una parte muy importante de la política de
ese momento. Los templarios tenían tanto dinero que
se transformaron en los banqueros del rey. Habían
 organizado un sistema económico que anticipó al banco,
la tarjeta de crédito, el cheque. También tenían una flota,
 desarrollaron conceptos de arquitectura de avanzada,
 tenían sus propios templos, eran una civilización y esta
fue una razón por la cual Felipe el Hermoso les pidió dinero
 y después no se lo pudo devolver. Pero la otra razón fue
 meramente política: la orden trabajaba por una Europa
de estados unidos y eso era una realidad inaceptable por
 entonces. Pensaba que esta unidad europea debía estar
bajo las órdenes del Papa, inclusive los reyes. El rey de
Francia no lo aceptó de ninguna manera y tanto desde lo
económico como desde lo político decidió eliminarla.
La Iglesia Católica también estaba en problemas con los
Templarios porque el Papa había dicho que sólo los
templarios podían ganar dinero. A los obispos no
 les gustó mucho.

Los templarios nombraban a sus propios capellanes
-que no respondían al obispo sino al Maestre del
Temple y al Papa, y a nadie más. Se comprende
cómo una gran parte de la Iglesia Católica miraba
esto como una amenaza. Además, tenían un alto
prestigio militar, eran las tropas mejor entrenadas
de Europa.

-¿Es cierto que tienen bajo custodia el Santo Grial?-
No lo tenemos y en este punto vamos a dividir las cosas:
las serias y las de fantasía. Los templarios fueron
custodios de las reliquias que estaban en Jerusalén,
custodiaron el Santo Sudario, tenemos pruebas de
que fue movido por los templarios para salvaguardarlo,
podría ser también hayan movido otras reliquias, entre
ellas el cáliz sagrado. Después mucha historia se
encargó de alimentar el mito. Hay cosas que no están
probadas. Hay mucha gente que puede escribir sobre
 esto pero nosotros vamos a decir lo que es.
Los templarios fueron custodios del templo de Jesús,
 entre ellos el cáliz de la última cena, pero nosotros
 caminamos con las pruebas.

-¿La orden está hoy en una cruzada
 para desmitificarse?
-Sí, la gente nos tilda de brujos, chantas y otras cosas
, pero a la luz de lo que se descubrió ahora podemos
 probar que la Orden es cristiana, tenemos una historia
y un trabajo por hacer.

Nerina Sturgeon
nsturgeon@infobae.com